Ácido Hialurónico
En este post queremos contarles de las propiedades y beneficios del ácido hialurónico, cómo se ha potenciado su uso en tratamientos cosméticos, para qué sirve y cómo influye en áreas de mejorar el estado de nuestra piel, gracias a las propiedades que posee. El ácido hialurónico es junto al colágeno, nuestro mejor y más potente aliado para luchar contra la pérdida del volumen y las arrugas producidas por el paso inevitable de los años.
La piel cubre y protege todo el interior de nuestro cuerpo, es el mayor órgano del cuerpo humano y sin embargo no la cuidamos como deberíamos. La piel tiene memoria, por eso la importancia de mimarla desde edades muy tempranas. ¡No es un mito! debemos ser conscientes que hay ciertos cuidados que son esenciales para nuestra piel. Para el día a día y sobre todo para ser previsores a largo plazo. Una piel saludable y cuidada ayudará a tener un rostro luminoso, hidratado y suave.
¿Qué es el ácido hialurónico?
Químicamente hablando, el ácido hialurónico es una molécula, un polisacárido con estructura y diferentes longitudes de cadena molecular, cuya propiedad más valorada es la de retener el agua y lubricar. Es uno de los ingredientes activos más valorados en cosmética por su capacidad de aumentar el peso molecular, consiguiendo rellenar pequeñas arrugas, líneas de expresión y además, se convierte en un buen aliado para mantener la hidratación durante todo el día, dando a nuestra piel una mayor consistencia.
El ácido hialurónico es una sustancia natural, que fabrica nuestro propio cuerpo y que se almacena en los tejidos. Con el paso de los años y a la edad de 25 años aproximadamente, el cuerpo lo deja de fabricarlo y desde entonces, se va administrando desde las reservas que se han formado y se libera poco a poco para mantener el cuerpo hidratado, elástico, flexible y en definitiva con movilidad.
A más edad, más avanza el proceso de envejecimiento ya que a nivel interno no funcionamos con la misma velocidad que años atrás y el metabolismo se ralentiza. Por ello a nivel cosmético y de cuidados de la piel, se recomienda comenzar los tratamientos de hidratación y prevención de la piel a partir de los 25 años aproximadamente.
Para qué sirve el ácido hialurónico
Desde un punto de vista cutáneo, y gracias a sus diferentes pesos moleculares, que actúa en las tres capas de la piel (epidermis, dermis e hipodermis) el uso del ácido hialurónico como tratamiento antiarrugas, devuelve a la piel el volumen en profundidad, reduciendo la apariencia de las arrugas y las líneas de expresión y además nos aporta hidratación, mejorando la tersura, la suavidad y la luminosidad de nuestra piel.
Esta macromolécula tiene la gran capacidad de captar y retener agua para que nuestro cuerpo logre los niveles óptimos de hidratación y los mantenga. De esta forma nos mantenemos lubricados interna y externamente y evitamos la pérdida de agua de nuestro organismo.
Como hemos dicho, el ácido hialurónico se crea y se almacena de forma natural en nuestro cuerpo pero a medida que vamos cumpliendo años, esta molécula disminuye su función, y comenzamos a necesitar más del que se produce, lo que trae por consiguiente el envejecimiento celular y por ello necesitamos sus beneficios sobre la piel aplicados con productos tópicos.
Beneficios del ácido hialurónico para la piel
A nivel de tratamiento para la piel, el ácido hialurónico aporta grandes beneficios en las diferentes capas de la piel ya que trabaja desde las capas más profundas hasta las más superficiales y lo refleja en el exterior.
Previene el envejecimiento prematuro de la piel
Aporta y mantiene una mayor hidratación
Da un aspecto más terso y liso, ya que crea volumen y ayuda a rellenar arrugas y líneas de expresión
Incentiva la producción de colágeno en nuestro organismo
Favorece la regeneración celular
Favorece la lubricación y elasticidad
Complementos alimenticios con ácido hialurónico
Existen diversos alimentos que nos ayudan a la producción de ácido hialurónico, sería de gran ayuda para nuestro organismo poder incluirlos en nuestra rutina de alimentación.
Carne de ternera, pavo, pato
Pescado como el atún, la caballa, el salmón
Verduras como espinacas, coliflor
Frutas (banana, melón, pera, naranja, uva)
Especias (perejil, cilantro)